Un día largo. 3ª Parte. Despedir a los recien casados.

Despues de algunos dias sin publicar y mas sin publicar relato, aqui estoy, echa una mierda que parece que me hayan dado una paliza y luego haya pasado un coche por encima mio mientras dormia, dispuesta a dejaros un poco mas de este relato que parece que nunca vaya a acabar.

Se que es un poco corto pero os prometo que con el proximo capitulo os vais a artar de leerme.

Espero que disfruteis.

Mi Ángel.

Eran las 4 de la mañana, y después de una buena fiesta, despedir a los recién casados para que se fueran de luna de miel y más juerga, cada uno se dirigía a su casa.

P: Buenoo!!!! Al fin lo tenemos casado.
L: Si, lo malo es que lo tendremos que seguir soportando igual. – A Paco se le volvió a despistar la gran palma de su mano abierta que fue a dar a la nuca de Lucas. – Paco esa a dolido, además no sé a que viene y la de antes por el comentario hacia Sara tampoco.

Sara que escucho su nombre y un poco de la conversación que llevaban su padre y Lucas, reacciono.

S: Se puede saber por que y que habláis sobre mí?
L: Nada, tan solo que tu padre piensa que te trato mal y al responderle de buena forma me a soltado una de esas, pero en el día de hoy ya es la segunda.
P: Según la hora, la otra fue ayer no hoy así que a callar que una por día no va mal para que reacciones.

Con tanta discusión no se dieron cuenta que por fin habían llegado a la corrala, y despidiéndose en la puerta de Lucas...

L: Oye, donde se a metido Carlota?
S y Lo: Mmmmm... no tengo ni idea.
P: Ja!! Estas te toman por tonto.
L: Venga soltadlo donde esta Carlota?... Sara?
S: A mi solo me a dicho que se iba con Aitor y de eso hace ya unas buenas horitas.
L: No me jodas, y yo por que no me había enterado?
Lo: Se podría decir que estabas ocupado. – Dijo empujando a Sara hacia los brazos de Lucas y empinando la mano hacia su boca para simular que estaba bebiendo.
P: Yo me voy a la cama que ya no estoy para estos trotes.
Lo: Si vamonos paquito que estos también querrán acostarse.

P: Cómo que estos? No nada de eso, Sarita tú a tu cama y este desgraciado a la suya.
Lo: - Se abrazo a él y lo condujo hasta casa. – Pues eso van a dormir en su cama.
P: Pero tu vas a consentir eso Lola.
Lo: Chiton, Francisco, chiton. Que después te haces unos lios que metes a toda la gente en problemas...., anda tira para la cama. Buenas noches.
L y S: Buenas noches.

Lola y Paco desaparecieron por la puerta de la cocina de los Miranda y Lucas y Sara se metieron en casa de Lucas.

S: Mmmmm... Me encantan las bodas, pero estoy rendida, no puedo más.
L: Vamos no será para tanto... no puedes ni un par de horas mas?
S: Un par de horas? Y que se pueden hacer en un par de horas?
L: Yo te lo enseño – Dijo mientras la cogía de la cintura y la subía a horcajadas a sus caderas.

Al llegar a la habitación, Lucas bajo a Sara al suelo y le empezó a bajar la cremallera que llevaba el largo vestido en la espalda. Poco a poco y entreteniéndose en cada diente de la cremallera, iba dándole pequeños y dulces besos en el cuello a Sara, mientras ella se estremecía y soltaba algún que otro gemido.

Con tranquilidad y una vez desabrochada la cremallera, el largo vestido cayo por el cuerpo de Sara deslizándose por sus suaves senos y por sus lindas caderas. Una figura digna de ser esculpida y dispuesta a ver por miles de turistas en un museo, era solo suya.

Sara se dio la vuelta con el vestido sobre los pies y empezó a besarle y a desabrocharle la camisa. Esa blanca camisa que iba abriendo camino a ese pecho musculado y espectacular, un pecho que cubría y protegía a ese enorme corazón que tenia Lucas escondido y que solo dejaba que viese la luz cada vez que ella se lo pedía.

Lucas sentó a Sara en la cama y con mucha delicadeza fue reposando su cuerpo en ella. Sara tenia una piel tan suave que la besaba con delicadeza para no estropearla.
Sara fue pasando con suavidad las manos por la espalda de Lucas mientras este la besaba en los senos. Beso cada pecho, cada pezón sin dejarse ni una sola parte de ellos. No podía evitar pasar sus enormes manos entre la espalda de Sara y la cama para poder abrazarla con firmeza y notar que era suya.

En uno de estos abrazos Lucas la miro a los ojos.
L: Te quiero, Sara.

Sara no pudo evitar la emoción del momento y por su rostro resbalo una pequeña lagrima.
S: Yo también te quiero, Lucas.

Y así secándole con un dedo la lagrima a Sara y con un profundo beso en la boca, la penetro y la hizo gozar como nunca la había hecho gozar.

Continuara...

Un besazo y SED BUEN@S.