Sabanas blancas.

Una suave brisa me acaricia la espalda. Noto como la cortina se desprende del marco de la ventana con cada ráfaga de aire. Me hago la remolona entre las sabanas mientras palpo a un lado de la cama en tu busca.

Otra vez te has vuelto a marchar sin despertarme. Me aferró a la almohada en busca de tu aroma, tu esencia sigue conmigo. Con un soplo de aire fresco recuerdo los besos, cálidos y subes, de la noche pasada.
Me estremezco a cada centímetro de mi cuerpo que recorro sabiendo que la noche anterior eran tus manos las que hacían aquel recorrido.

Sin gana, pero dispuesta a levantarme de la cama, me fijo en que tu mesilla de noche as dejado, como siempre, una nota acompañada de una rosa y no una rosa cualquiera, sino, mi favorita una rosa blanca. Me incorporo en la cama y recorro por mi rostro esa delicada flor, y entre recuerdo y sentimiento intento leer tu nota.

Para mi dulce flor:

Cada día se me hace más difícil separarme de ti, aunque me recompensa el pensar que en pocas horas volveré a tu lado.

Te quiero.

... Cartas al olvido.

Un besazo y SED BUEN@S.