A todas esas almas perdidas que han dejado de creer en la inmensidad del amor.



sábado, 15 de agosto de 2009

Verano de juventud.


4 de Agosto

-¡Fin de trayecto!
Bajo del coche después de 2 horas de viaje hacia unas pequeñas vacaciones, según mis padres. Aunque en realidad lo que quieren es que no me quede sola en casa.
Llevo desde bien pequeña viniendo a veranear aquí, un pequeño hotel de la familia perdido a kilómetros de civilización. Menos mal que este año me he sacado el carnet de conducir y me podré mover.

Hace muchos años esto solo era un pequeño restaurante de carretera, pero viendo que el inmenso lago que tiene detrás llamaba la atención a los turistas, decidieron ampliarlo y construir así un hotel.
Al morir mis abuelos el hotel quedo a nombre de mi madre, que es la persona que se a dedicado mas a él, mi tía se quedo con otros vienes materiales, pero sigue viniendo a veranear cada vez que puede.

Se podría decir que he dormido en cada una de las habitaciones del hotel y la verdad es que mis favoritas son las del lado antiguo. Por suerte me ha tocado una de ellas. La habitación esta en el segundo piso y me encanta. Todas tienes lo necesario; cama grande, armario empotrado, televisión, baño personal, aire acondicionado y, lo mejor, un magnifico balcón con vistas a la piscina y al lago.

-Parece que he llegado en el momento justo, son las dos de la tarde, hora de comer.
Bajo al comedor, un fabuloso self-servicie me espera con platos deliciosos, aunque antes no puedo reprimir la emoción de ir a verla. Al entrar al comedor esta mi madre recibiendo a los clientes. Paso junto a ella y casi ni la saludo, voy directa a la cocina.

Ahí esta!!! La perfecta cocinera, la que hace los platos mas buenos en muchos kilómetros a la redonda, la que año tras año nos ha visto crecer a todos.

Madrina: ¡¡¡Mi niña!!!! – Grita mientras suelta los fogones para venir abrazarme.
Yo: ¡¡¡Madrina!!! – Me lanzo a su cuello junto con un buen abrazo y un enorme beso.

Ella es Carmen, “la madrina”. Es como una abuela para mi, para mi madre es como una segunda madre, para mi abuela era como una hermana y para todos los que trabajan y la conocen alli es la madrina. Es querida por todos y nos quiere a todos, nos ayuda cuando puede y siempre tiene que dar su opinión a todo, aunque como ella dice “solo es una sugerencia!!!”.

Aquí todo el mundo es muy amable, y te conozcan o no siempre saludan. La gente que trabaja aquí me conoce desde pequeña, ya que todos los que se han ido a sido por iniciativa propia, y los clientes me tratan como a otra más.

Camarero: ¡Hola Carolina!
Yo: Hola.

Por cierto no me he presentado. Mi nombre es Carolina, aunque todo el mundo me llama Carol. Tengo 19 años, o primaveras como dirían Andy & Lucas, soy una chica muy normal. Me gusta la lectura y la música, quiero a mi familia y a todos los que me rodean, pero últimamente las cosas no han ido muy bien y sufro un pequeño bajón.
Esperemos que estas vacaciones me animen.

Continuara...

Un besazo y SED BUEN@S.

1 comentario:

Unknown dijo...

Me gusta :) Ha ver si sabemos algo más de Carol, aunque nos lo has echo muy cortito casi casi nos quedamos sin conocer a Carolina. Tienes derecho a matarme soy una exigente ;)

Besitos!