Apoyada en aquella barandilla mientras escucho a un pequeño grillo cantar en una de estas primeras noches de verano, y mientras veo como el circo desmonta la inmensa carta para embarcarse en un nuevo viaje hacia otra ciudad u otro país, recuerdo los dos últimos días que he vivido en esa casa.
Como el simple echo de levantarte, asomarte a la terraza y ver unos grandes camiones que en el lateral llevan la inscripción de Circo, te hacen volver a la niñez.
Como un simple paseo hace que te gastes 40€ para que esa misma tarde puedas ver una fantasía impresionante.
Supongo que así es como quiero decir que a sido el fin de semana más grande de mi vida.
Un circo basado en Aladdin y las mil y una noches hace que te rías, que te asombres y que disfrutes como si tuvieses 7 años y fuese una experiencia nueva en tu larga vida. Familias, desde el más grande al más pequeño, hacen que en cada actuación la gente experimente tanta adrenalina y tanta emoción que volverías a pagar la cantidad que fuese con tal de volver a verlos actuar.
Ya no solo los payasos de hacen reír, ni ver a Aladdin robando la lámpara, sino las increíbles criaturas que son los animales. Dos cebras, un rinoceronte, dos focas, cuatro elefantes, tres camellos, seis caballos y seis tigres, hacían del espectáculo una gran sorpresa.
Este fin de semana fue duro sentimentalmente por problemas que tuvimos todos en casa, pero el salir a aquel pequeño pueblo y la sorpresa del circo a hecho que a nuestro regreso pudiésemos afrontar cualquiera de las situaciones.
Un besazo y SED BUEN@S.
1 comentario:
Definitivamente un entretenimiento placentero hace que el regreso a la realidad sea mas tranquilo.
Woww me hiciste recordar el circo y las aventuras que haciamos mi madre y yo para ir (mipadre es machista y decia que eso no servia y que muchas cosas jajaja) wow... me hiciste recordar miles de aventuras.
Gracias
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