A todas esas almas perdidas que han dejado de creer en la inmensidad del amor.



miércoles, 4 de noviembre de 2009

Mírame.

Le observo durante años y ni una palabra. Se acercaba minimamente cada vez que lo ansiaba, pero acabo olvidándose de él.
Hoy, después de un tiempo vivido a solas, saliendo de clase se siente observada. Nota la mirada de alguien clavada en ella y piensa en las miles de cosas que le podrían pasar justo hoy que nadie la acompañaba y había decidido ir sola por el parque oscuro.

Siempre se lo habían advertido; por el parque, no; esa zona, no; tu sola, no; pero algo la incitaba a ir hacia allí, un pequeño puente que te hace pasar por debajo de la iglesia.
El miedo no la dejaba concentrarse y no se había dado cuenta de que la sensación de observación ya no existía. La mínima luz de un cigarro encendido la hizo percibir que allí había alguien, y paso tras paso mientras reunía el valor para pasar, la sensación volvió a surgir.

Noto como alguien la seguía por la espalda, y entre la persona que había bajo el puente y alguien que la pudiese alcanzar por detrás, solo podía acelerar el paso y evitar cuanto antes aquella situación.
Entonces noto como alguien le cogía la mano y la arrastraba hacia atrás, anta la situación cerro los ojos fuertemente e intento desaparecer, pero entonces la escucho.
Volvió a surgir esa dulce voz que hace años que no escuchaba, la voz que noche tras noche le había quitado el sueño. Y él tan solo tuvo que agarrarla fuerte y decirle:

-Mírame a los ojos.

Un besazo y SED BUEN@S.

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